Aquí os dejo algo de su historia :
Las bases históricas del municipo de El Puente del Arzobispo, están unidas a la construcción del Puente de piedra, manadado edificar por Pedro Tenorio, Arzobispo de Toledo y Duque de Estrada en el S. XIII, sobre el propio río Tajo. Hoy en día tras seiscientos años de construción, es un nudo importante de comunicaciones en la comarca por estar situado en un lugar estratégico, ahora este puente sobre el que discurre el río Tajo, ha aprendido a reconocer el sonido de los vehículos que circulan por él diariamente, el de personas que siguen siendo peregrinos que van al Monasterio de Guadalupe, y otras que acuden vienen en busca de nuestra artesanía.... También el ganado sigue su anual viaje de las tierras altas y frías de León y Ávila a las calientes de Extremadura. Sin duda de las primeras viviendas que se construyeron en el solar que después ocuparía la villa, fue el palacio de D. Pedro Tenorio, hoy en día en una preciosa casa de viviendas familiares. Desde ese lugar dominaba el río y seguidamente formó, con el hospital y la iglesia, parte de la zona urbana más noble, hoy todo ello es un entorno de la Plaza de España, el hospital convertido en Residencia de Ancianos y la Iglesia sigue estando perfectamente conservada. Las ventajas geográficas y económicas, unidas a las grandes construcciones realizadas por la feliz iniciativa del arzobispo Tenorio, hicieron que la modestísima alqueria se convirtiera rapidamente en una lúcida población condenso caserío y prestancia urbana. Tras terminadas las obras se iniciaría un lento proceso de reajuste a las nuevas bases económicas: feria, mercados, pequeño comercio, hospederías o mesones. Conocida la bondad de las tierras arcilloso-sabulosas, de la izquierda del Tajo, para la alfarería, comenzó la explotación en gran escala de esta industria que absorvió buena parte de la población obrera; excavado y saca de tierra, transporte, manipulación, torno, pintado y cocido, con la necesaria traída de leña. Hoy en día la cerámica de Puente del Arzobispo es la primera fuente de ingresos de la población. Los alfares puenteños provven de platos, barreños, cazuelas, botijos, cántaros y jarros a toda la comarca. Sus piezas tienen cierto ruralismo que les dá la gracia y carácter. La pesca de anguilas y barbos daría que hacer a un pequeño grupo de familias, ahora nuestras aguas tienen pocos peces, la gente que se dedica a pescar lo hace por diversión, no como sus antepasados que encontraron en la pesca una fuente de alimentación. En el recorrido por el río encontramos encinas, retamas en las zonas más secas y de berrocal, en estos hábitats, coexisten rapaces: como ratoneros, aguiluchos que en la época estival desarrollan su mayor actividad, cernícalos buscando saltamontes y otras presas cirniéndose y dando un espectáculo acrobático en sus vuelos. En horas nocturnas se puede ver el búho real, pero no será fácil. Las riberas del río, así como el mismo en la actualidad están acondicionadas como un lugar de ocio y esparcimiento para todos los puenteños y aquellos que nos visiten, constituyen un paraje singular, donde la gente puede observar y disfrutar del magnífico puente y del río Tajo a su paso por la localidad.
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